Era un día soleado, de esos que anuncian el verano, de aquellos que uno se alegra porque puede pasear, salir a caminar para despejar la mente y tal vez el espíritu, era un día de esos buenos como lo llamaban las abuelas. Un día con el sol radiante, conocimos al Profesor Moncayo y a su hija, que habían arribado la noche anterior a nuestra cabecera municipal, y que fueron recibidos por la Personera Municipal, quien les brindó su hogar como refugio para el descanso, ya que el alcalde se había comprometido, pero no cumplió, como tantas cosas que el ha prometido.
La gente desde muy temprano, empezaron a llegar la casa de la personera, con la ilusión de hablar con el caminante por la paz, de verlo y darle ánimos en su recorrido hacia la capital de Colombia, Bogotá. El Caminante por la Paz, Gustavo Moncayo, decidió un día que la única manera de pedir la liberación de su hijo, era caminando, en un esfuerzo sobre humano para conmover al presidente y tal vez a las FARC, esa guerrilla que se llevo hace diez años a su hijo Pablo Emilio Moncayo.
Timbio acompañó al Caminante, le dió su apoyo gritó arengas por el acuerdo humanitario, los niños fueron los mas entusiasmados. Desde todos los lugares llegaron personas, como el hijo del senador secuestrado Luis Eladio Peréz, o el señor Daniel Anaya, que busca a su hijo desaparecido Daniel Blyshuberth Anaya Hurtado, o la señora Elizabeth Piamba, oriunda de Timbio, que clama por la liberación de su hijo, soldado de la república de Colombia.
Todos hablamos con el Profesor Moncayo, como seres humanos indefensos ante una guerra que no es nuestra, que la despreciamos, porque se lleva a nuestros seres queridos y no los devuelven sino muertos en la mayoría de los casos.
La caminata comenzó a las doce del medio día, caminamos los 14 kilómetro s desde Timbio a Popayán; casi todos los acompañantes sufrieron de ampollas en los pies, imaginemos los pies cansados del Profesor que caminó desde Sandoná, Nariño.
Esta es parte de la crónica, los invito a que escuchen nuestro pod cast.
La gente desde muy temprano, empezaron a llegar la casa de la personera, con la ilusión de hablar con el caminante por la paz, de verlo y darle ánimos en su recorrido hacia la capital de Colombia, Bogotá. El Caminante por la Paz, Gustavo Moncayo, decidió un día que la única manera de pedir la liberación de su hijo, era caminando, en un esfuerzo sobre humano para conmover al presidente y tal vez a las FARC, esa guerrilla que se llevo hace diez años a su hijo Pablo Emilio Moncayo.
Timbio acompañó al Caminante, le dió su apoyo gritó arengas por el acuerdo humanitario, los niños fueron los mas entusiasmados. Desde todos los lugares llegaron personas, como el hijo del senador secuestrado Luis Eladio Peréz, o el señor Daniel Anaya, que busca a su hijo desaparecido Daniel Blyshuberth Anaya Hurtado, o la señora Elizabeth Piamba, oriunda de Timbio, que clama por la liberación de su hijo, soldado de la república de Colombia.
Todos hablamos con el Profesor Moncayo, como seres humanos indefensos ante una guerra que no es nuestra, que la despreciamos, porque se lleva a nuestros seres queridos y no los devuelven sino muertos en la mayoría de los casos.
La caminata comenzó a las doce del medio día, caminamos los 14 kilómetro s desde Timbio a Popayán; casi todos los acompañantes sufrieron de ampollas en los pies, imaginemos los pies cansados del Profesor que caminó desde Sandoná, Nariño.
Esta es parte de la crónica, los invito a que escuchen nuestro pod cast.
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